La Sociología de la Educación es una de las más jóvenes ramas del saber humano, ya que posee alrededor de sólo un siglo de existencia. Fueron Augusto Comte y Emile Durkhein los que le dieron vida como Ciencia general (Comte) y como Ciencias de la Educación (Durkhein).La epistemología de la Sociología de la Educación es enormemente rica en su marco teórico y metodológico. Entre los estudios sociales que formula figuran la Pedagogía, el Colectivo Escolar, el Colectivo Pedagógico, las relaciones sociales, la Institución Escolar, la familiam la comunidad, el desempeño de roles y los códigos de género entre otros.

jueves, 10 de marzo de 2011

Una escuela exigente para todos
Por Mara Brawer
Subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación

Mara Brawer explica cuáles son los aportes de esta nueva secundaria para luchar contra el abandono y repitencia de los chicos. Se trata de una escuela inclusiva y exigente.

Uno de los mayores desafíos que tenemos por delante es sentar las bases para avanzar en el cumplimiento de la obligatoriedad de la escuela secundaria. Sabemos que no se trata sólo de mejorar las condiciones materiales, sino de romper con aquellas prácticas que generan las altas tasas de abandono y de repitencia. Éste es el sentido del conjunto de políticas que impulsamos desde el Ministerio de Educación de la Nación, junto con los ministerios de educación provinciales, a través de los acuerdos del Consejo Federal.

Y remarco que se trata de un conjunto de políticas consensuadas, porque las decisiones jurisdiccionales que deriven de ellas, tales como la incorporación de tutorías, de clases de apoyo o de diferentes estrategias y oportunidades para aprender, la ampliación de las asignaturas pendientes con las que un estudiante puede promover al año inmediato superior, o la disminución de la cantidad de asignaturas que cursan en simultáneo, entre otras, pueden ser rápidamente tildadas como facilistas, si nos alejamos de la discusión de fondo acerca de cuáles son los rasgos de la escuela secundaria que se desean cambiar.

Por lo tanto, requieren análisis complejos para no caer en una lectura lineal que nos lleve a desvirtuar su sentido y a ver en cada una de ellas la amenaza de la disminución de la exigencia. Profundizar este debate desde fundamentos pedagógicos y políticos serios, y no desde una posición nostálgica restauradora, nos coloca ineludiblemente frente al desafío de volver a preguntarnos qué es una escuela exigente.

¿Una escuela exigente es aquella que propone una única trayectoria que deberán repetir o rehacer quienes no la transiten con éxito, cuando las estadísticas ponen en evidencia que la repitencia es más bien la antesala del fracaso que una nueva oportunidad de aprender? ¿Es aquélla que excluye a quienes no alcanzan determinados estándares de rendimiento, dejando en numerosas ocasiones librados los aprendizajes a la capacidad de las familias y de los estudiantes para costearse una enseñanza por fuera de la escuela? Definitivamente, no, porque en esa escuela no se exige a todos los alumnos que aprendan, se les exige sólo a algunos que son los que logran permanecer. Sobre los que abandonan cesa la exigencia. Ni tampoco se les exige a los docentes que enseñen a todos los alumnos. Entonces, no confundamos, no es una escuela exigente, es una escuela selectiva, que no es lo mismo. Sí es facilista, entonces, la escuela que mide su calidad por la cantidad de alumnos que deja afuera, o la que promociona a los alumnos sin haberles enseñado, porque ninguna de ellas hace efectivo el derecho a la educación, que es en primer lugar el derecho a aprender de todos, no sólo a recibir la certificación correspondiente. Insisto, para nosotros, una escuela exigente es aquella en la que todos los alumnos aprenden y que exige a los docentes que enseñen a todos los alumnos.

Así concebida, una escuela exigente implica reconocer que todos, adultos, chicos, tenemos diferentes estilos, ritmos, tiempos para el aprendizaje, como así también experiencias y condiciones escolares, sociales y culturales diferentes. Y si se reconocen estas diferencias, no se puede ofrecer una alternativa única, sino propuestas variadas, diferentes “oportunidades” para aprender.

Esto de ningún modo puede ser decodificado como facilismo. Una escuela que suma instancias de aprendizaje, que exige que los alumnos estén más expuestos a situaciones de enseñanza , que se preocupa por la trayectoria integral de sus alumnos, atendiendo a sus ritmos, acompañándolos a lo largo de todo su recorrido para potenciar sus posibilidades, para sostener su escolaridad cuando es necesario no es una escuela fácil ni facilista. Como tampoco es fácil una escuela en la que los equipos docentes asumen en conjunto la responsabilidad por los aprendizajes, y éstos no quedan librados sólo al esfuerzo individual de cada profesor, o a las posibilidades económicas de las familias.

Que quede claro: en la escuela que proponemos no se flexibilizan las exigencias, sino que hay que cumplir, esforzarse y respetar normas y límites; lo que sí se flexibiliza es la estructura para albergar las diversas situaciones de los estudiantes.

Conocemos los problemas y proponemos distintas estrategias, que evidentemente requerirán de un período de transición que nos permita aproximarnos progresivamente a la escuela secundaria que queremos. Y recorrer el camino de la transición es una “exigencia” para toda la sociedad: para quienes desde el Estado nacional o desde los Estados provinciales compartimos el desafío de garantizar las condiciones para mejorar la educación, para los docentes que enfrentan el día a día en el aula, para los alumnos y sus familias, y también para quienes tienen la responsabilidad de opinar y colaborar con el debate. Pero también tenemos que ser claros en esto: la escuela secundaria merece ser considerada y pensada con seriedad para que se afiancen los valores del esfuerzo, el estudio y el trabajo, en el marco de la plena vigencia del derecho a la educación para toda nuestra población. Y todos tenemos algo que aportar, todos tenemos que asumir el compromiso.

4 comentarios:

  1. Excelente nota, estoy totalmente de acuerdo.

    Saludos

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  2. No sabes cuanto me encanta leerte ...me educa más cada vez que lo ago ...amiga querida paso a buscarte ya tengo un final en mi novela ,la que vos ya te estas perdiendo....!!!besitos de Yacky.

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  3. Roberto gracias por seguirme el tren. Es gratificante que compartamos la idea de una escuela que junto con la formación, potencie las posibilidades de cada joven. Una escuela inclusiva que no flexibiliza el esfuerzo y no minimiza los valores que debe transmitir.Falta pero trabajamos en eso.
    Un abrazo.

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  4. Yacky me alegra que te guste leerme y así compartir el trabajo y los sueños de quien piensa en una sociedad más justa, con jóvenes que hagan realidad una vida digna de ser vivida.
    Ya paso por tu blog.
    Un abrazo.

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