"(...) La educación como el acto político de distribuir la herencia, designando al colectivo como heredero (para garantizar que no haya des - heredados) es un gesto signado por el signo de un don, es decir, que no imponga ni enmascare una deuda (...) la posibilidad de dar lo que se sabe/ lo que se tiene sin que el otro quede colocado en la posición de deudor. En educación la posición del deudor es impertinente dado que el acceso al archivo es un derecho." G. Frigerio. Acerca de lo inenseñable.
La educación responde a una acción intencionada (después veremos si la intención es totalmente buena e inocente) para alguien que no puede aprender por sus propios medios.
Pero la intencionalidad de la enseñanza no se agota en lograr que otros aprendan.
Más allá del resultado del aprendizaje quienes enseñan buscan transmitir un saber cultural válido, justo y éticamente valioso.
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