“Vosotros que sois sabios, debéis saber que naciones diferentes tienen distintos conceptos de las cosas” (De un jefe indio norteamericano a los blancos de Virginia) En: Benjamín Franklin, Notas acerca de los salvajes de Norteamérica
Este presente se caracteriza por situaciones de pseudo – comunicación “altamente tecnificadas”, que ponen en interacción a personas de diferentes razas, religiones, etc., espacial y temporalmente.
Se posibilita el contacto a través de una pantalla; sin embargo, no se garantiza con ello el real diálogo entendido como intercambio humano respetuoso y desprejuiciado.
¿Por qué queremos una escuela en y para la diversidad y no una escuela abierta a la diversidad?
La escuela que se dice abierta a la diversidad revela en su argamasa un contenido ideológico inadecuado para la preparación en la vida democrática. El respeto y la atención de la diversidad son los dos pilares sobre los que se asienta el modelo de educación que se intenta como respuesta, a fin de avanzar hacia el pluralismo democrático pero…Savater[1] nos dice:
“… la flecha sociológica de nuestra actualidad no señala hacia el lado del inevitable triunfo uniformador del universalismo. Todo lo contrario, son abrumadoras las demostraciones, aquí y allá, del éxito creciente de las actitudes anti universalistas…Lo que realmente está en peligro hoy es la recurrencia al origen como condicionamiento inexorable de la forma de pensar; dividir en guetos estancos y estancados de índole intelectual. Es decir, que sólo los nacionales puedan comprender a los de su nación, que sólo los negros puedan entender a los negros, los amarillos a los amarillos y los blancos a los blancos, que sólo los cristianos comprenden a los cristianos, y los musulmanes a los musulmanes, que sólo las mujeres entienden a las mujeres, los homosexuales a los homosexuales y los heterosexuales a los heterosexuales…y que por tanto debe haber una educación diferente para cada uno de estos grupos que los “respete”, es decir que confirme sus prejuicios y no les permita abrirse y contagiarse de los demás.”
Negar la diferencia es no reconocer la diversidad, con la pretensión de imponer la uniformidad. Se hace necesario desmontar las frases hechas. Abierta a la diversidad, termina siendo un mero discurso. En y para la diversidad hace referencia a la heterogeneidad en la praxis real.
Surge así, una nueva mirada, cuyos pilares son: hablar de diferencias y no de desigualdades y valorizar las diferentes culturas como fuente de enriquecimiento y de desarrollo.
Todos pueden aprender, no con condicionamientos prescriptivos y homogeneizantes; sí con docentes que operen con una preparación multidimensional y compleja. Es un desafío educar en la interculturalidad, ya que se hace necesaria la ruptura del aislamiento, valorizando la reciprocidad, solidaridad y la aprehensión del mundo en múltiples registros. Esto nos lleva a construir una pedagogía de las relaciones humanas, centrada en el joven que aprende y en la formación del que enseña, con capacidad para no generar segregaciones institucionales.
La escuela es esencialmente intercultural, debe articular las diferencias, para el sostenimiento social.
Fuente: Alicia Devalle de Rendo, Viviana Vega; “Una escuela en y para la diversidad”, Edit. Aique , Bs.As.
Muy bueno el desarrollo de tu informe, totalmente de acuerdo no es lo mismo desigualdad que diferenciación de comunidades, razas o étnias hay que enseñar en diversidad no en comportamientos racistas o clasistas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Claro que sí, debemos aprender que lo distinto nos enriquece. Dice Joan Manuel Serrat:
ResponderEliminarNo sé si me gusta más de tí
lo que te diferencia de mí
o lo que tenemos en común.
Te guste o no,
me caes bien por ambas cosas
Lo común me reconforta
lo distinto me estimula.
Otro abrazo querido amigo.